La diputada Eva García Sempere, encargada de negociar el 
texto con todos los grupos, destaca que la propuesta es “casi un calco” 
de la resolución que aprobó el Parlamento Europeo la semana pasada y 
reconoce que el obstruccionismo demostrado por algunos partidos “nos 
sorprende y entristece a partes iguales porque pronunciarse en contra 
del neofascismo, nuevo o viejo, no debía ser algo que tuviera que 
generar más consenso del que ya se le supone a cualquier democracia”
El
 Partido Popular de Pablo Casado ha impedido hoy que el Pleno del 
Congreso de los Diputados leyera una declaración institucional para 
denunciar y condenar el ‘auge del neofacismo’ impulsada por Izquierda 
Unida. Su diputada Eva García Sempere negoció el texto desde la tarde 
del martes hasta bien entrada la mañana con todos los grupos 
parlamentarios, pese al obstruccionismo de algunos de ellos. Ciudadanos 
cambió de opinión en el último momento. El texto no fue leído al final 
dado que estas iniciativas necesitan unanimidad para poder hacerlo y el 
PP no lo consintió.
García Sempere detalló en rueda de prensa que 
tanto PP como Ciudadanos habían reclamado algunas modificaciones del 
texto inicial propuesto por IU -sin aportar ninguna redacción 
alternativa-, pero que nada tenían que ver con el auge fascista y de la 
extrema derecha que era el objeto de la declaración.
Además, tal y
 como explicó la diputada, el texto planteado es “casi un calco” de la 
resolución que aprobó el Parlamento Europeo la semana pasada y que 
limita “muy bien” lo que se entiende por neofascismo. Se da la 
circunstancia de que diputados de otros países del Grupo Popular 
Europeo, donde está integrado el PP, sí que apoyaron esta iniciativa en 
la Eurocámara sin ningún reparo.
García Sempere indicó con 
claridad que si el PP o cualquier otro grupo querían tratar “otra serie 
de cuestiones” distintas no tenían más que proponer ellos mismos otras 
declaraciones institucionales. Del mismo modo, lamentó que utilizaran 
como pretexto para no dar su apoyo a ésta el que rechazar y condenar al 
fascismo “no es una cuestión de urgencia, ni tienen suficiente 
consenso”.
“Nos sorprende y entristece a partes iguales -apuntó- 
porque pronunciarse en contra del neofascismo, nuevo o viejo, no debía 
ser algo que tuviera que generar más consenso del que ya se le supone a 
cualquier democracia”. Añadió que el contenido de esta declaración “no 
debería hacer temblar a ningún grupo de la Cámara”.
La declaración
 impulsada por Izquierda Unida en el Congreso y torpedeada por el PP 
comienza recalcando que el Estado español “se fundamenta 
constitucionalmente sobre los valores del respeto a la dignidad humana, 
la libertad, la democracia, la igualdad, el Estado de Derecho y los 
derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a
 minorías”.
“Consideramos que la falta de acciones decididas 
contra los grupos neofascistas y neonazis -continúa el texto- ha 
permitido el auge actual de la xenofobia a nivel mundial y europeo, 
incluido nuestro país. Estos grupos incitan al odio y la violencia en la
 sociedad, ante lo que es preciso recordar lo que fueron capaces de 
hacer en el pasado. Es así que en el presente, espoleados por el 
resurgir de un nuevo fascismo, hemos de señalar cómo desde estos grupos 
están quitando la vida a miles de personas diversas, de refugiados y 
migrantes a miembros de minorías étnicas y religiosas, de personas 
LGTBQI, defensores de los derechos humanos y del medio ambiente a 
activistas, políticos y miembros de las fuerzas policiales”.
La 
declaración explicita algunas de las agresiones y amenazas denunciadas 
en los últimos meses en toda Europa y en el resto del mundo. “En España 
se han documentado por SOS Racismo hasta 309 casos de violencia xenófoba
 en 2016 y diversos grupos de extrema derecha y nostálgicos de la 
dictadura militar franquista han sido investigados o condenados en los 
últimos años en nuestro país por delitos de odio o ataques violentos”, 
advierte.
De ahí que indique que “condenamos todas las formas de 
negación del Holocausto, incluidas la trivialización y minimización de 
los crímenes cometidos por los nazis y sus colaboradores, así como 
abogamos por una cultura común que rechace los crímenes fascistas del 
pasado”.
“Condenamos por tanto enérgicamente la violencia 
perpetrada por grupos neofascistas contra minorías concretas, como 
europeos negros y personas de ascendencia africana, judíos, musulmanes, 
población romaní, nacionales de terceros países, personas en situación 
de pobreza severa y sin hogar, personas LGTBQI y personas con 
discapacidad. También condenamos las amenazas y ataques violentos 
crecientes por parte de la extrema derecha contra miembros de partidos 
políticos en España”, se añade.
Cuando la democracia está en un 
“momento crítico” en el mundo, la declaración de IU apunta que los 
grupos neofascistas y neonazis no tienen cabida legal en ella, “como 
tampoco ninguna otra fundación o asociación que exalte y glorifique el 
nazismo y el fascismo”. Además, reclama “intensificar la formación en 
memoria democrática en todos los niveles educativos como un modo de 
contrarrestar el auge del neofascismo”.