http://colectivoprometeo.blogspot.com.es/2012/06/somos-mayoria.html
Julio
Anguita
La experiencia diaria nos demuestra que,
independientemente de la adscripción ideológica, política, sindical o
profesional de cada uno y de cada una, somos mayoría quienes coincidimos
en señalar y comentar una serie de evidencias que el sentido común más a ras de
tierra no tiene por menos que reconocer como verdaderas e indiscutibles. A
título de apretado resumen veamos algunas de ellas:
1. Somos mayoría quienes empezamos
a vislumbrar que esta situación no tiene remedio con las medidas que -con la
excusa de la UE y los mercados- el poder económico-financiero está imponiendo.
La deuda de las familias, la banca, las empresas y el Estado (con sus tres
administraciones) es la siguiente:
Deuda del Estado ……………………….… 600.000
millones de euros
Deuda de las familias a los bancos……………. 1
billón de euros
Deuda de las empresas a los bancos…………..
1´3 billones de euros
Deuda de la banca al BCE y otros……………
200.000 millones aproximadamente
Esta cantidad es impagable
y lo es porque debido a la política de recortes y reformas del mercado
laboral añadidas a la crisis, han producido una depresión que no da señales de
acabar; muy al contrario, parece que va a continuar sin saber hasta cuando. Y a
pesar de ello cada día hay una subasta de títulos, bonos y pagarés a creciente
interés y con una prima de riesgo disparada, el Estado interviene y nacionaliza
las pérdidas de los bancos quebrados con la confesada intención de devolverlos
al sector privado una vez saneados.
La ayuda de la UE a los bancos está
avalada por el Estado y en consecuencia éste asume, como garante último, la
devolución del préstamo. Los recortes a las condiciones de vida de la ciudadanía
continúan en una clara transgresión, no sólo de la solemne Declaración de DDHH
de la ONU sino -incluso- de los Títulos Preliminar y VII de la vigente
Constitución Española. No hace un año todavía la Constitución ha sido modificada
en su artículo 135 a fin de que la deuda tenga preferencia de pago sobre
cualquier otro gasto público. El llamado Estado de Derecho ya no es tal.
Paralelo al Estado y sus administraciones, existe otro que informa el impulso de
la acción política; un doble Estado formado por mafias, redes clientelares,
intereses espurios, grupos de presión y alguna que otra alcantarilla. La
situación es todavía susceptible de empeorar si no se ataja esta
política.
2. Somos mayoría quienes padecemos
en nuestra propia situación, en la del entorno familiar, en la del vecinal o en
el de nuestras amistades, el problema lacerante del paro, la precariedad, o las
mil y una formas de degradar el ejercicio del trabajo. Y si a la cifra
millonaria de parados y mal contratados le añadimos la evidencia de que los
poderes públicos sólo plantean escapistas fórmulas consistentes en esperar una -
cada vez más hipotética- recuperación que traiga “el crecimiento y la creación
de empleo”, tendremos el cuadro de una situación sin esperanza, sin proyecto y
sin calendario alguno. Así el discurso oficial (que es el del Gobierno pero
también el de otros) alaba la flexibilidad en los despidos, la ruptura de los
convenios o la trata de casi esclavos como una medida necesaria para crear
empleo. De la misma manera se afirma que los recortes en sanidad ayudan a una
mejor asistencia sanitaria y los recortes en educación producen una mayor
calidad de la misma. Y en resumen, el discurso del absurdo, del cinismo y del
aventurerismo conceptual y lingüístico que ha raptado a la razón, la lógica y
hasta el más llano sentido común. Pero lo que constituye el mayor agravio para
los que en estas circunstancias todavía tienen un puesto de trabajo, es oír como
el mismo no es un derecho constitucional sino un privilegio.
3. Somos mayoría quienes padecemos en
nuestras carnes -o en las de infinidad de familias- la pérdida de horizonte, de
futuro y de expectativas para la juventud española. Hace años el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas le encargó a James Petras, sociólogo
norteamericano y catedrático de varias universidades estadounidenses, la
elaboración de un estudio sobre las perspectivas de trabajo para los jóvenes de
España. Petras entregó el trabajo en 1996, le pagaron y archivaron los estudios
encargados. En aquellos documentos, que hoy están al alcance de cualquiera que
quiera entrar en la red, el profesor Petras lanzaba el aviso de que ya estábamos
ante las primeras generaciones que iban a vivir peor que sus padres. ¿Qué se
hizo para evitar este drama? ¿Han reparado algunos “patriotas” en que cuando la
juventud de un país sólo tiene como horizonte la emigración (para titulados) o
la prolongación sine die de la tutela familiar, ese país deja de existir? ¿Qué
padre o madre no estarían dispuestos, junto con sus hijos, a hacer algo efectivo
para evitar este holocausto generacional?
4. Somos mayoría quienes presenciamos
con asombro y escándalo que la corrupción se ha transformado en el hábitat
cotidiano de nuestra existencia. Una corrupción que atraviesa los tres Poderes
del Estado y llega hasta las más altas magistraturas del mismo. Financiaciones
irregulares, negocios más que turbios, sobornos, tráfico de influencias,
despilfarro del dinero público en obras faraónicas e inservibles, compra de
material bélico, impagable y también inservible para los fines que se le
atribuyen, sueldos de escándalo, trato de favor desde los poderes públicos a
delincuentes convictos, desviación o paralización de la acción de la Justicia
sobre presuntos delincuentes, uso torticero de los caudales públicos en
beneficio de operaciones clientelares, etc. etc. etc. Pero la mayor de las
corrupciones estriba en la concepción que se ha ido abriendo paso como
consecuencia de estos desmanes: para una parte de la población el dinero público
no es de nadie sino de quien se atreve a dilapidarlo, robarlo o malversarlo. El
escándalo mayor no son sólo los delitos económicos en sí mismos sino también la
indiferencia generalizada, la tolerancia social, la complicidad anímica con que
son recibidos. A lo más, un chiste, una broma o un comentario jocoso.
5. Somos mayoría quienes vivimos
en una auténtica inversión de valores sociales. La economía basada en la
creación de mercancías, bienes y servicios, la laboriosidad, la ética cívica, el
rigor en los conceptos y palabras, el uso productivo del ahorro ciudadano, el
respeto al ámbito legal en la contratación, remuneración y previsión de futuro
de los asalariados, ha sido sustituido por la economía del pelotazo, el negocio
fácil, el tente mientras cobro, los contratos basura, la segregación laboral
según el sexo y la situación de embarazo en el caso de las mujeres, la amenaza
de despido como herramienta omnipresente en las relaciones laborales, las
promesas de inversiones fáciles y lucrativas que han desembocado en estafas
hechas a los ahorros de capas populares y medias; y en general toda una amplia
gama de contravalores basados en el individualismo, el consumismo y un hedonismo
cutre.
La filosofía basada en el negocio fácil,
rápido y de alta rentabilidad se ha constituido en la médula de informes y
programas económicos de la “modernidad y las altas finanzas”. Ha llegado a la
Universidad y presidido sus reformas y adaptaciones al mercado y su cuerno de la
abundancia; ha subvertido los valores de estudio, esfuerzo, tesón y dedicación
inherentes a la actividad educativa; una actividad en la que lo importante son
los gráficos, las estadísticas y el panel sobre el que se desarrollan las
mentiras que obvian situaciones familiares, profesionales de los docentes y del
sistema educativo en general. En la mentalidad media de alumnos y familias se ha
instalado el conformismo evidenciado en la pregunta ¿estudiar para qué?
6. Somos mayoría quienes
comprobamos cada día cómo la Constitución, los textos legales y demás documentos
internacionales de obligado cumplimiento son vulnerados, incumplidos, marginados
y falsificados en su aplicación. La Política, instrumento y ejercicio de servir
a la mayoría social ha devenido (con contadas excepciones) en una eterna campaña
electoral en la que promesas, propuestas y proyectos son olvidados con la misma
ligereza, frivolidad y descaro con que fueron hechos en los tiempos anteriores a
la cita con las urnas. De ser un campo donde hay una confrontación de programas,
ideas, valores y ejercicio consecuente del ejemplo, la Política ha devenido en
la pugna por ser protagonista en el escenario de las instituciones pero sin
cambiar la obra que se representa; es un relevo en el cuadro de actores sin que
jamás cambie el libreto. Y cuando se les interpela por este combate amañado, la
respuesta es decepcionante: son los mercados, las finanzas, la UE, la comunidad
internacional, etc. Las preguntas surgen espontáneas ¿Por qué hay elecciones
entonces? ¿Elegimos a un poder democrático o solamente a un zascandil
correveidile?
La Democracia es traicionada en nombre de
ella misma. El que todavía conste en el artículo 1.2 de la Constitución que la
soberanía nacional reside en el pueblo español es un hiriente sarcasmo. Si
tomamos como referencia el texto constitucional vigente, caeremos en la cuenta
de que vivimos un Estado de Excepción económico, social, político y ético. Ante
nosotros se está desarrollando un Golpe de Estado incruento y a cámara
lenta.
Esta situación que acabo de describir
someramente es desagradable, pero desde luego es real y como tal la siente la
mayoría. Otra cosa es cómo reacciona esa mayoría. A ella me dirijo
para manifestarle algunas de las conclusiones a las que he llegado tras haber
meditado sobre estos momentos concretos:
1. No hay fuerza política alguna
que en solitario y en el ámbito específico y único de su actividad, sea capaz de
asumir la tarea de poner fin a esta situación y además proponga una propuesta
alternativa en el marco del derecho y la Constitución. La experiencia de los
últimos años nos lo muestra. Y no la hay porque algunas ya han gobernado en
balde y otras carecen del respaldo necesario para ello.
2. No hay fuerza sindical que sea
capaz de representar a este inmenso colectivo que constituye la mayoría.
3. No existe ningún economista o
colectivo de ellos que a palo seco y con sus ecuaciones, estadísticas y teorías,
sea capaz, desde la pizarra, de plantear una salida viable y en positivo a este
desconcierto.
4. Estas afirmaciones las hago desde
mi convicción de que las fuerzas políticas y sindicales son necesarias, cumplen
un rol, aglutinan ideologías (yo mismo milito en el PCE e IU) pero en este
momento y en virtud de un proceso histórico que comenzó en la Transición, están
ante una tarea que les desborda.
5. Las consecuencias son obvias: sólo
un Frente Cívico, una mayoría ciudadana organizada en torno a soluciones
concretas es capaz de crear la fuerza necesaria para colocarla en la balanza del
poder en contraposición a otros poderes económicos, y sociales que siendo muy
minoritarios, detentan en exclusiva el ejercicio del Poder.
¿En que situación está la mayoría
social?
La tremenda paradoja, la inquietante
contradicción consiste en comparar la gravedad de la situación y la ausencia de
sujeto social capaz de abordarla y superarla. Se necesita un soporte cívico
democrático, de valores alternativos, firme, con voluntad de acometer el proceso
de saneamiento económico, político y ético que la realidad demanda; y sin
embargo esa fuerza no existe por ahora; existe en potencia pero no en
acto.
La mayoría no tiene más
homogeneidad que su condición de dominada ayer, hoy y si no lo remediamos,
mañana también. Pero apenas hay algo más que la haga consciente de que es
mayoría y puede ejercerla. En ella hay colectivos y personas que luchan como
pueden contra esta situación; y lo hacen desde distintos supuestos, compromisos
y proyectos de futuro. En esta mayoría viven multitud de personas que
limitan su participación cívica a cada acontecimiento electoral y poco más allá.
Pero además hay un número amplio de indiferentes a cualquier proyecto de acción
cívica y que con resignación consciente o tácita asumen como inevitable los que
les ocurre; No faltan tampoco quienes asumen con conciencia de culpa el discurso
del poder económico y político que generalizando plantea que “hemos vivido por
encima de nuestras posibilidades”. Es la aceptación del discurso del dominante
por parte del dominado. Es la represión perfecta: la víctima hace suyos el
discurso y los valores del victimario.
En esta situación de resignación
cultivada por el poder, de carencia de futuro y de anomia generalizada me dirijo
a la mayoría, en mi exclusivo nombre, desde mi libertad y desde la
convicción de que, si ahora no se lucha, nuestros hijos y nietos no tendrán
futuro, ni país, ni tampoco se tendrán a ellos mismos. En consecuencia,
hago una Convocatoria.
¿A quién?
A la ciudadanía harta de corrupción, de
injusticias, de frivolidad política, de una práctica económica basada en la
depredación del propio país, en la desertización de la industria, en la vuelta a
unas relaciones laborales del siglo XIX y sin otro proyecto que no sea esquilmar
más aún si cabe a esa mayoría.
A los militantes de fuerzas políticas y
sindicales para que, a título personal, se incorporen al proyecto que este
documento expone.
A plataformas, movimientos, colectivos y
en general a todo grupo organizado que esté dispuesto a cambiar las cosas en el
sentido de la justicia, la democracia profunda y el vivir en armonía con el
entorno social, medioambiental y cívico.
A los hombres y mujeres de la Ciencia, la
Técnica, la Economía, la Investigación, el Derecho, la Educación, la Sanidad y
la Cultura para que, en paridad con los demás, aporten sus conocimientos, sus
experiencias y su capacidad de analizar, sistematizar y exponer. Sin el saber no
hay más proyecto que la barbarie institucionalizada.
¿Para qué?
El objetivo de la convocatoria es
doble:
1. Que la mayoría social, por su
propio impulso, por su propia voluntad y por su creciente toma de conciencia
devenga en un Frente Cívico que teniéndose a sí mismo como referente, abra paso
a una situación de plenos derechos económicos y políticos junto con unas
relaciones personales y sociales fundamentadas en la ética cívica. Un Frente
Cívico que tenga como protagonista al ciudadano y a la ciudadana; es decir a las
personas conscientes de que sus deberes son los derechos de los demás y
viceversa.
2. Constituir un referente de poder
ciudadano que induzca de manera creciente a los poderes públicos a legislar
y gobernar en beneficio exclusivo de la mayoría. El proceso que conduce a
estos dos objetivos pudiéramos considerarlo como un proceso constituyente de la
mayoría social constituida como tal.
¿Cómo?
Permítanme, aún a riesgo de alargarme,
que les exponga un símil. Imaginen que estamos ante un gigantesco mapa de España
totalmente en blanco. Si por cada persona con voluntad de luchar o por cada
organización, colectivo o asociación de cualquier índole ponemos un alfiler en
el mapa, estaríamos ante un gigantesco acerico, pero nada más. Sería como una
yuxtaposición de yos pero sin estructura alguna. Imaginen que con
paciencia y un lápiz, vamos uniendo entre sí a todos los alfileres clavados en
el mapa. Al terminar surgirá ante nosotros una red, un tejido, una estructura.
Los yos han dado paso al nosotros.
¿Qué tipo de cemento social, qué tipo de
propuesta qué tipo de ideario es capaz de producir en los integrantes,
dispersos y aislados de la mayoría, la asunción del nosotros, la mayoría? La
respuesta es obvia: un Programa, una propuesta concreta, un objetivo, en
principio cercano y necesario. Especifico las características que le
atribuyo al mismo:
1. Concreto, inmediato, acorde con
las necesidades más perentorias y urgentes de los más desfavorecidos de la
mayoría.
2. Aplicable de inmediato como
garantía, prenda y estímulo de la alianza que se pretende.
3. Perfectamente factible,
desarrollable y legal por inspirarse en el texto constitucional vigente. Ruego a
los lectores que mediten un momento sobre los contenidos de los Títulos
Preliminar y II de la vigente Constitución. El inicio de un programa debe
insertarse en la legalidad vigente; el futuro ya irá produciendo sus
contradicciones. Por otra parte, el programa debe ser capaz de generar la fuerza
social que democráticamente lo haga cumplir.
4. Un programa en el que cada
medida, por simple que parezca, lleve en su formulación la exigencia de un paso
siguiente, de una propuesta inmediatamente posterior, que permite su
realización.
5. Un programa que por su lógica
interna hace imprescindibles los apoyos mayoritarios y la formación de
conciencia colectiva tanto para su defensa como para su implantación.
6. Elaborado colectivamente. El
autor de estas líneas tiene una amplia experiencia de cómo esto es posible si
los que más puedan aportar son conscientes de que la velocidad de un convoy es
la de su último elemento.
7. La elaboración colectiva consigue, en un
determinado nivel de su desarrollo, ir ganando en complejidad, accesibilidad,
interés y participación.
8. Que con el tiempo y/o la
coyuntura, termine siendo una Alternativa fundamentada, pueda superar el
marco actual de relaciones, equilibrios e incluso forma de Estado.
9. Un programa que por su
incidencia en la actualidad, atraiga inmediatamente los apoyos
necesarios no sólo para su elaboración sino para una movilización ciudadana
consecuente, seria, decisiva y decisoria.
10. Si en cada localidad, personas,
colectivos y grupos se unen a los demás para elaborar conjuntamente, convocar a
la ciudadanía, movilizar, salir a la opinión pública y en general crear una
estructura reticular, la mayoría comenzará el proceso de su toma de
conciencia.
11. En todo el proceso hay que
prevenir que nos asalte el mal de nuestros tiempos: la prisa. Este
proyecto -si quiere construirse con musculatura y solidez- debe rehuir la
tentación de cotizar permanentemente en la bolsa mediática. El arranque de los
trabajos será en muchos casos súbito y arrollador; sin embargo hay que saber
moderar el tiempo. La Política, la consolidación de proyectos sociales con peso
e influencia, no pueden ser flor de dos telediarios; el silencio y la discreción
programados ayudan a crecer. Tiempo, constancia, voluntad y conciencia de lo que
se quiere son, incluso en esta época de novedades permanentes, la única garantía
de proyectos serios.
Al final de este documento y como ponencia
para iniciar los trabajos, incorporaré una propuesta de de diez puntos que ya en
otras ocasiones he presentado.
Cuestiones de estructura
organizativa.
En estos días mi teléfono personal y las
entradas al blog del colectivo Prometeo han superado las cotas más impensables.
Las personas se ponen a mi disposición esperando quizás que se les ubique en una
tarea, responsabilidad o misión. Por realismo (en mí esa palabra nunca ha
significado claudicación) debo informar de la situación.
Yo habría podido dirigirme al PCE o a IU
demandando infraestructuras, canales organizativos y ayudas de cualquier tipo;
no lo he hecho. Mi concepción de este proyecto se basa en la total independencia
de cualquier tipo de organización. El precio a pagar por ello, como el de la
Libertad o el de la Dignidad, incluye la precariedad de medios, instrumentos y
capacidades organizativas. En los momentos en los que redacto, sólo tenemos el
blog (con el permiso de los compañeros de Prometeo), la promesa de determinados
colectivos de ponerse en marcha inmediatamente y mi voluntad de que esto avance,
se consolide y produzca un giro total en la vida española. Sin embargo, y como
propuesta, avanzo algunas ideas organizativas que mi experiencia en la
elaboración colectiva de otras épocas se han constatado como correctas,
prácticas, flexibles y muy democráticas:
1. Creo que la organización por
incipiente que sea debe atenerse a una estructura geográfica de comarcas,
provincias, comunidades y Estado español
2. Lo que articula el funcionamiento es
la elaboración, discusión y explicación del programa.
3. En cada lugar, en cada nivel o en
cada área de especialización temática el funcionamiento debe ser abierto pero
centrado en la concreción de la propuesta que se trate.
4. Todo lo demás depende del trabajo
voluntario y libremente aceptado. No tenemos más que una voluntad firme para que
este horror acabe y nuestros y nietos tengan algo en lo que enraizarse y
vivir.
5. Aquí no hay prebendas, cargos, honores
o distinciones, Aquí solamente hay trabajo, ilusión y deseo de ser
útiles.
6. Con el paso de los días, tal vez un mes
o dos, desde la estructura de coordinación que tengamos, informaremos de la
marcha de los trabajos.
7. La elaboración de programa no es un
laboratorio de ideas, propuestas y proyectos sino también un centro de
movilización para difundir, defender y ganar adeptos al trabajo. Por supuesto
que en la medida que esto cuaje deberemos, con inteligencia, usar del poder que
tengamos para influir en la marcha de las cosas.
El Referente
Como es sabido, en Sabadell me ofrecí como
referente para este proyecto. Quiero que mis palabras queden nítidas y en
consecuencia eviten interpretaciones sesgadas y basadas en hipótesis hijas de la
falta de claridad.
Un referente es aquella persona que por
su proyección social o mediática puede, en un determinado momento, simbolizar el
proyecto siquiera en sus inicios. En mi caso esa proyección ha sido consecuencia
de una acción pública en el pasado y el presente. Ya no hay más.
Si este proyecto arranca, se consolida y
crece, el referente será el proyecto mismo, otros hombres y otras mujeres. Me
habré ganado el descanso.
No seré cargo público o tendré presencia
en la vida institucional. Son tres las razones: mi edad, mi salud y la verdad de
que nunca segundas partes fueron buenas.
En esta etapa inicial seré la referencia
pública para explicar el proyecto, defenderlo, impulsarlo y trabajar en él y
todo ello a expensas de las decisiones que se tomen por el propio proyecto
cuando este se consolide y tenga órganos de coordinación. Ello me supondrá un
esfuerzo y una dedicación que en absoluto puede consistir en ir de la ceca a la
meca como espectáculo mediático para ganar audiencias o confortar egos.
Actos públicos los justos y bien
dosificados. Estas son las condiciones de mi contrato. A trabajar, organizar,
luchar y consolidar la mayoría. Un abrazo fraternal.
Programa- ponencia para iniciar los debates
y la elaboración colectiva.
Nota.- El presente listado
de propuestas no tiene otro objetivo que servir de materia concreta para el
inicio del debate y la elaboración a llevar a los otros y en su momento a la
opinión pública. Cuando se redactó se tuvieron presentes las características que
sobre el Programa he escrito antes. Insisto que sólo es un material para
comenzar.
1. Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de
1.000 euros al mes. Esta cantidad es exactamente el 72% de la media de los seis
países de la UE que lo tienen más alto: Luxemburgo (1610 euros), Irlanda (1.462
euros), Holanda (1.357 euros), Bélgica (1336 euros), Francia (1321 euros), Gran
Bretaña (1.148 euros)
2. Ninguna pensión por debajo del
SMI.
3. Extensión y ampliación de la prestación
por desempleo. Todo lo anterior puede servir también para abordar con
presupuestos concretos la posibilidad de la Renta Básica.
4. Reforma Fiscal: progresividad,
persecución del fraude fiscal, la economía sumergida y los paraísos fiscales.
Revisión de la legislación sobre las Sociedades de Inversión de Capital Variable
(SICAV). Dotar de infraestructuras de todo tipo a la Inspección de Fiscal de la
Hacienda Pública.
5. Banca pública como corolario de la
nacionalización de la banca privada y las cajas de ahorros.
6. Nacionalización de los sectores
estratégicos de la economía. Ley sobre la Obsolescencia
programada.
7. Desarrollo de los contenidos de los Títulos Preliminar y VII de la Constitución.
8. Control y democratización de los canales de distribución y comercialización del sector primario de la economía a fin de evitar situaciones de oligopolio que inciden negativamente sobre los precios pagados a los productores y sobre los precios pagados por los consumidores.
9. Efectiva separación entre las iglesias y el Estado.
10. Reforma del Sistema Electoral en el sentido de implantar otro proporcional, con las CCAA como circunscripción y un colegio nacional de restos
7. Desarrollo de los contenidos de los Títulos Preliminar y VII de la Constitución.
8. Control y democratización de los canales de distribución y comercialización del sector primario de la economía a fin de evitar situaciones de oligopolio que inciden negativamente sobre los precios pagados a los productores y sobre los precios pagados por los consumidores.
9. Efectiva separación entre las iglesias y el Estado.
10. Reforma del Sistema Electoral en el sentido de implantar otro proporcional, con las CCAA como circunscripción y un colegio nacional de restos
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