El
pasado jueves a las siete de la tarde murió en Francia Albino
Garrido Sanjuan. Natural de Tornadizos de Arriba (Ávila) donde nació
en 1919 su vida estuvo marcada por dos acontecimientos que vivió muy
joven: la Guerra Civil Española y el Primer Franquismo. Huyó del
Campo de concentración de Castuera junto con otros compañeros a
principios de enero de 1940. Tras una peripecia increíble lograron
alcanzar Francia en setenta y nueve días. A partir de ahí su vida
se vería vapuleada por la derrota francesa ante los nazis.
Albino
regresó a Castuera y fue protagonista del II Homenaje a las Víctimas
del Franquismo en el año 2006. Reconoció el espacio, rememoró el
sufrimiento y los asesinatos que él presenció cuando estuvo
encerrado en los barracones de incomunicados del Campo de
concentración.
Albino
es el testimonio de dos Guerras que vivió con dos finales muy
diferentes, en una triunfó el fascismo en la otra no. En su casa en Burdeos era fácil sentir toda la
grandeza y la amargura de esa otra España que resistió la derrota y
se recompuso con el exilio. La trayectoria vital de Albino es
ejemplo de dignidad y lucha contra el fascismo y pasa a engrosar la
memoria democrática y antifascista de este país.
Aunque
no recibió homenajes o reconocimientos institucionales, impensables
por parte de un Estado Español que mantiene en pie la beligerante
memoria del Franquismo, siempre contó con la admiración de los que
conocimos su trayectoria.
También nos queda el testimonio que, con la ayuda de su hijo Luis
Garrido, se plasmó en el libro: “Una larga marcha. De la represión
franquista a los campos de refugiados en Francia”.
In Memoriam.
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