“Democracia es el sistema político basado
en el reconocimiento del principio de que toda autoridad emana del pueblo, y
que se caracteriza por la participación de éste en la administración del
estado. Garantiza las libertades básicas del individuo (expresión, reunión,
asociación), así como la libre elección de los cargos de gobierno y el control
popular de la gestión gubernativa.”
Hasta aquí muy
bien, pero ¿qué entendemos nosotros por democracia?, ¿de que manera nos afecta,
nos motiva, nos influye a la hora de vivir socialmente de una manera u otra?.
El otro día le
dije a un buen amigo y compañero:
- Manolo, ¿te
gustaría formar parte de la candidatura de Izquierda Unida para las próximas
elecciones?.
Por supuesto hice
la propuesta desde la convicción de que mi amigo es una persona comprometida
como pocas, honrado y en general poseedor de numerosas virtudes que lo hacen
idóneo para el cometido en cuestión.
- Pues… qué
quieres que te diga, la verdad, preferiría no hacerlo (me comento sin dudarlo).
Sabes que yo estoy con vosotros para lo que sea, pero eso de aparecer en “la
lista”, si te soy sincero, creo que solo me puede traer problemas.
Es decir, si
partimos de admitir que esta respuesta es muy común (que lo es), casi algo
generalizado, podría decirse que en mi pueblo “la participación de los individuos en la administración del estado”
(en este caso Ayuntamiento) es algo complicado e incluso peligroso, o al menos
eso piensa mi amigo Manolo.
Se desprende de
esto que “la libertad básica de
expresión” no existe, o que no existe la protección social y el respeto
necesarios para que decir lo que uno piensa no sea motivo de problemas para
nadie.
Y qué decir de “la libre elección de los cargos de
gobierno”, ¿cómo se puede elegir libremente a quien ni siquiera se puede
presentar en “una lista” porque cree que lo único que le puede reportar son
problemas?.
Es triste haber llegado
a este grado de decadencia democrática en nuestro pueblo, ¿quién es responsable
de tal atrocidad?, ¿quién ha provocado que nuestros vecinos, especialmente los
más jóvenes, hayan llegado a esta conclusión?.
No sé, supongo
que todos tenemos un poco de culpa. Pero cuando digo todos me refiero a los que
de alguna manera hemos intervenido de una forma u otra en la política local.
Preservar el espíritu democrático debería haber sido para nosotros lo más
importante. Deberíamos haber cuidado y fomentado actitudes en pro de la libre
expresión de cada uno de nuestros paisanos.
Mi amigo Manolo es
una persona participativa, de hecho pertenece a un par de asociaciones, siempre
ha sido muy sensible con la problemática de su pueblo, y nunca le ha importado
dedicar tiempo, el poco tiempo libre que tiene, al bienestar de todos.
Pero sin embargo no se siente autorizado para decir
públicamente “yo pienso así”, como si esto fuera algo malo, ofensivo o
amenazante para alguien.
Creo que algo que
ha tenido mucha culpa en todo esto ha sido la profesionalización de la
política. Mala cosa es enfrentarse a un político que, lo que defiende es su
sueldo en vez de sus ideales. Algun@s se vuelven verdaderas fieras cuando les
tocan el bolsillo, y no es solo por el dinero, es la “erótica del poder”, es el
estatus que algunos adquieren inmerecidamente por solo ostentar un cargo en
nuestro Ayuntamiento, olvidando que son meros gestores de la voluntad de sus
votantes, y además de forma temporal y no permanente, como sin duda algun@s han
llegado a creer.
Está claro que el
político que dedica todo su tiempo a gestionar nuestras voluntades tendrá que obtener una retribución económica
por esta tarea, pero solo cuando esto sea estrictamente necesario y sin olvidar
jamás que para quién se trabaja es para la generalidad de nuestro pueblo y no
para el engrandecimiento de su partido. De esas valoraciones ya se encargan
nuestros vecinos en cada cita electoral.
No quisiera
extenderme mucho más, pero me gustaría decir antes de terminar que eso que dice
el diccionario al final sobre “el
control popular de la gestión gubernativa” es algo por lo que vale la pena
luchar, cada uno desde nuestro sitio, desde nuestra posición ideológica,
formando parte de cada uno de los colores que conforman nuestra bendita
democracia, esa que tanto costó conseguir y por la que algunos dieron lo más
importante, la vida.
Sobre todo para
que “los de siempre”, no usen nuestra voluntad para su propio beneficio sino
para el de todos. Ah, y para que mi amigo Manolo pueda servir a su pueblo de la
forma que quiera, sin que ello suponga inconvenientes para él, sino todo lo
contrario, el agradecimiento de todos.
Quiero dedicar
esta reflexión a los que dijeron “no”, intentando así evitar las inmerecidas
consecuencias de algo tan elemental como ejercer nuestros derechos, tan
imprescindible como formar parte de nuestra democracia, tan irrenunciable como
poder decir “yo pienso así”, y para que
en definitiva, como decía el amigo Pablo Guerrero, para todos nosotros, la
libertad deje de ser solo una palabra escrita en la pared.
“….hoy que
te amo,
dejará de
ser,la libertad
una palabra escrita en la pared”
Izquierda Unida
Asamblea
Local de Castuera
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